Una amonestación laboral es una medida disciplinaria que se aplica cuando un colaborador incumple alguna norma o deber de su contrato de trabajo. Es una forma de corregir el comportamiento del colaborador y evitar que se repita la falta en el futuro.
¿En qué casos SÍ debo dar una amonestación laboral?
No existe una regla única para determinar cuándo se debe dar una amonestación laboral, ya que depende de la gravedad y la frecuencia de la falta, así como de las circunstancias particulares de cada caso. Sin embargo, algunos ejemplos de faltas que pueden merecer una amonestación laboral son:
- Llegar tarde o faltar al trabajo sin justificación.
- Desobedecer las órdenes o instrucciones del superior.
- Realizar actividades personales durante el horario laboral.
- Faltar al respeto o tener actitudes hostiles con los compañeros o clientes.
- Incumplir las normas de seguridad, higiene o calidad del trabajo.
En cambio, algunos ejemplos de faltas que no deben ser motivo de una amonestación laboral son:
- Cometer un error involuntario o por falta de capacitación.
- Tener una opinión diferente o sugerir mejoras al trabajo.
- Solicitar un permiso o una licencia por motivos personales o de salud.
- Denunciar situaciones irregulares o injustas en el trabajo.
¿Qué alerta se da en caso no sea necesaria una amonestación laboral?
En caso no sea necesaria una amonestación laboral, se puede optar por otras medidas preventivas o correctivas que sean más adecuadas al caso. Por ejemplo:
- Dialogar con el colaborador para conocer las causas de la falta y ofrecerle orientación o apoyo.
- Capacitar al colaborador para mejorar sus competencias o habilidades.
- Reconocer el esfuerzo o el buen desempeño del colaborador.
- Establecer metas u objetivos claros y realistas para el colaborador.
- Aplicar incentivos o sanciones proporcionales al resultado del trabajo.
Recuerda: El objetivo de una amonestación laboral no es castigar al colaborador, sino mejorar su rendimiento y su integración al equipo de trabajo. Por eso, es importante que la amonestación sea justa, razonable y respetuosa, y que se comunique de forma escrita y con evidencias. Así, se evitarán malentendidos, conflictos o reclamos legales.